Ahí está. Cada día desde 1989. No falla ni uno. Miles de navarros y foráneos pasan por su lado diariamente. Pero para muchos es una gran invisible. Y quienes se detienen un momento a prestarle atención desconocen su nombre, sus años, de qué está hecha y, sobre todo, su autor.
Pero ella sigue ahí. Con sus casi cuatro metros por cada uno de sus infinitos lados y con todos sus entresijos se resiste al paso del tiempo, a la lluvia, al sol, a la nieve y a los graciosos amigos del arte que la pintarrajean. Y ella es Articulación Flotante, y reúne todos los rasgos del constructivismo ruso.
El ollokitarra Faustino Aizkorbe (1948) la creó hace veinticuatro años. Es el Peine del Viento de Pamplona, y es que el artista navarro se inclina hacia el más puro concepto metafórico de Chillida.
El metro y medio de alto del pedestal de cemento elevan kilos y kilos de líneas y curvas de acero cortén laminado y soldado que no la hacen única, pero sí diferente al resto de sus hermanas de la Vuelta del Castillo de Pamplona.
Fotos tomadas con una Canon EOS 1100d
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